Cuando el tiempo no pasa
Se desgarró la carne de la carne,
sin sentir siquiera algún dolor,
es que cuando le han arrancado la esencia
difícilmente le duelen las heridas.
Se tragó el grito liberador
por miedo a que se sepa
que ella también sufría.
Se puso la coraza y esperó
que el tiempo se llevara
los recuerdos de viejas cicatrices,
y con ellas borrase
las cicatrices del recuerdo.
Se ahogaba en la soledad de su tristeza,
y se bebía su llanto.
No podría llorar aunque quisiera
por lo que nunca tuvo,
y mucho menos,
por lo que tuvo siempre.
Terminó sin pensar,
sin sentir y sin vivir,
en un suicido invisible
de las horas sin sueño,
donde no podría aunque quisiera
hallar la prueba del delito,
porque la prueba está oculta,
donde la ampara el tiempo,
donde el llanto se esconde,
las heridas se tapan,
la soledad se disfraza,
y el tiempo,
el tiempo nunca pasa,
se mantiene inamovible
donde el dolor se estanca.
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domingo, febrero 26, 2006
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